El alma se sacude cuando ya no quiere fingir quietud.
Este espacio no es para gustar.
No es para encajar.
Es para escribir lo que se siente antes de tenerlo resuelto.
Para nombrar lo que se mueve dentro sin envolverlo en celofán.
Para ofrecer mi verdad como espejo, no como producto.
Me llamo Karol.
Y esta es una parte de mí que ya no puedo seguir dejando en el diario íntimo.
Vengo a hablar del caos, de los rituales escondidos en los días normales,
de ser madre sin dejar de ser fuego,
de decir “no sé” con la cabeza en alto,
y de lo que pasa cuando el cuerpo empieza a escuchar a lo que el alma venía gritando bajito.
Si algo de lo que escriba te toca,
no te asustes.
Tal vez solo necesitabas un pequeño sacudón.
(Eso lo dice mi diseño también: canal 51–25, shock divino. No es casual.)
Bienvenido si acabás de llegar.
Bienvenida yo, por fin, por decir lo que ya era hora de decir.
Con amor,
Karol <3