¡Venus retrogradando!

Hablando con mi hermana sobre las retrogradaciones de Venus, hemos descubierto patrones curiosos en nuestras vidas. Como todo da vueltas… los mismos ciclos, las mismas lecciones disfrazadas con rostros nuevos…

Las personas que entran en nuestra vida no llegan por casualidad. Detrás de su presencia se esconde un aprendizaje, una oportunidad para crecer y descubrir algo esencial de nosotros mismos. Algunas parecen estar siempre a nuestro lado, aunque su presencia haya sido fugaz. Otras, por mucho que el tiempo pase, nunca logran a crear el vinculo – porque no saben o no pueden. Y aquí es donde Venus en retroceso nos invita a detenernos, a mirar atrás y discernir: ¿quién merece nuestro tiempo y quién es solo un eco del pasado que debemos soltar?

Porque no importa cuánto intentes, hay almas que simplemente no se van a quedar.

Y entonces llega la Kabbalah con su sabiduría, tan simple y tan desafiante a la vez. Como siempre lo repite David Ghiyam en sus clases de Kabbalah: «PAUSE—WHAT A PLEASURE…» Incluso en el dolor, existe placer… El placer de sentir, de aprender, de recoger la verdad que nos entrega la vida en cada herida.

Y luego, mi Diseño Humano, mi cruce de Encarnación en el cuarto mutable… Todo es cambio. Mientras más nos resistimos, más presión sentimos. Más duele. Aceptar lo que llega, honrar lo que fue y ascender en la espiral del ser. Elevar el espíritu.

Si quieres seguir el rastro de tu Venus retrógrado, observa su danza: cada 8 años, regresa al mismo signo, trazando un mapa de patrones en tu historia. Venus retrograda en cinco signos a lo largo de un ciclo de ocho años: Capricornio, Leo, Géminis, Aries y Escorpio. Cada tránsito activa temáticas diferentes en nuestra vida: relaciones, valores, autoestima y deseos ocultos. ¿Qué se repite? ¿Qué te muestra? Quizás ahí, entre los reflejos del tiempo, encuentres las respuestas que necesitas.

Con amor,
Karol <3